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“Despide al jefe”, “Larga vida al líder”.

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Por primera vez en la vida, un estudio basado en la vinculación entre el estrés y la productividad, demuestra que las arcaicas técnicas de presión y sobre trabajo, son totalmente improductivas. Algo que afortunadamente se está erradicando y que desgraciadamente, sigue existiendo.

Gracias a “La curva de yerkes dodson” vemos cómo los niveles de productividad disminuyen ante el aumento del estrés. Hasta el punto de producir enfermedades asociadas al sistema digestivo, sistema reproductivo y la parte del cerebelo responsable de la inteligencia ejecutiva (negociación, creatividad, etc.).

Claro que la teoría está muy bien, pero la práctica es algo más complicado.

Así que vamos al tema y a ver si te puedo dar unos consejitos que podamos poner en práctica:

1. Muévete:
Si tu vida se basa en levantarte, sentarte a trabajar, volver a sentarte, comer, volver a sentarte, cenar, volver a sentarte, sofá, tele y a dormir, no le pidas mucho a tus emociones. Camina una media de 8 a 10 mil pasos al día y los fines de semana oblígate a llegar a 12 mil. Practica una actividad física al menos 3 días por semana y entonces podrás quejarte de que tu salud emocional no es culpa del sedentarismo.

2. Medita:
No hay motor de coche que aguante todo el día encendido, al igual que no hay cerebro que esté al 100% más de 12 horas seguidas. La meditación no es de unos pocos, la meditación es una desconexión para volver a conectar fundamental para nuestro estado emocional.

3. Enjoy:
Una de las hormonas más potentes anti depresivas que existen, es la Oxitocina. Genera una sensación de placer en el cuerpo que nos ayuda a reducir el estrés. Enamorarte, disfrutar del tiempo libre, amigos, música, jugar con tus hijos o ser solidario, son algunas de las formas más recomendables para llenarte de esta hormona de la felicidad.

4. Duerme:
El sueño y el nivel de estrés están estrechamente relacionados. La alimentación que mejora nuestro descanso nocturno, debería ser algo que al menos conozcamos y pongamos en práctica si lo consideramos necesario. Algunos ejemplos de alimentos que mejoran la calidad del sueño son; Frutos secos. Caldo de aves. Frutas como el plátano y el Kiwi. Pescado azul como el salmón, caballa o bonito. Infusiones como la manzanilla, tila, etc.

5. Alimentación consciente:
Nada como comer por comer para no sabe lo que te favorece o no. La alimentación consciente es un técnica que te permite saber en todo momento lo que estás ingiriendo, ahorrándote esa cerveza de más, ese dulce que no necesitas y sobre todo, alimentos procesados que dañan nuestra flora intestinal y por consiguiente, afectan el cerebro aumentando el nivel de estrés.

Para muestra una imagen.

dodson