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Préstamos… ¿con o sin seguros? cómo y con quién formalizarlos

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Con relativa frecuencia necesitamos pedir un préstamo: La adquisición de una casa, la compra de un coche nuevo, los estudios de un máster, la reforma de una vivienda… son ejemplos de cómo en todo o en parte necesitamos la ayuda financiera para materializar la inversión. Es algo previsible.

Seguros

Pero cuando llega ese momento y recurrimos a la entidad financiera, además de las garantías que por nuestros ingresos y patrimonio seamos capaces de acreditar, cada vez es más recurrente que nos vinculen no 1 seguro sino, 2 o 3 y en todo caso más de los que a priori estamos dispuestos a asumir.

Existe un espíritu protector, pero también, no nos engañemos, un deseo del Banco de conseguir otros ingresos a cuenta de las comisiones que generan estos seguros.

A los gastos del préstamo empezamos a sumar: seguro de hogar, de vida, de desempleo, de baja laboral y casi sin excepción pensamos ¿Será todo necesario? Y con la fuerza con la que nos los quieren imponer surge la inercia, por nuestra parte, de resistirnos y evitarlo. Y si finalmente se acepta es pensando en la obligación que nos traslada el Banco y asumimos el coste sin muchas veces replicar, ni siquiera investigar si existirían opciones más ventajosas, con menos o mucho menos dinero.

Que nos puedan poner condicionantes para darnos el préstamo puede tener sentido, pero que nos obliguen con su propio seguro es diferente.

Pero empecemos por el principio… ¡LA NECESIDAD!
¿Durante cuánto tiempo nos comprometemos a pagar la deuda contraída con el préstamo? Si es de tipo personal quizás no más de 6 u 8 años, pero si es hipotecario, probablemente no en menos de 20 años y puede que nos comprometamos hasta 25 o incluso 30 años.

En todo ese tiempo ¿Qué ocurriría si se produjese una baja laboral o desempleo, un fallecimiento o una invalidez? O… si tu casa se incendias.

BAJA LABORAL

Para los autónomos o profesionales independientes, un accidente o una enfermedad que se prolongue en el tiempo, puede generar una pérdida de ingresos considerable

DESEMPLEO

Para los asalariados que en algún momento se produzca el paro, sin duda los ingresos se verán muy reducidos, y sobre todo si llegamos a consumir el período de la prestación oficial.

FALLECIMIENTO

El cónyuge y nuestros hijos percibirán una prestación de la Seguridad Social pero que puede resultar sensiblemente inferior a los ingresos de la situación en activo.

INVALIDEZ

El propio afectado percibirá una renta de la Seguridad Social pero también es muy posible que sea notoriamente inferior a sus ingresos, al margen que la propia situación de invalidez genera unos gastos no previstos lo que sin duda se materializa un quebranto económico importante.

HOGAR

Hay riesgos sencillos de asumir por uno mismo, un cristal roto, una cerradura de la puerta que no se abre… pero un incendio o una inundación… podría producir un grave perjuicio difícil de compensarlo con el propio patrimonio.

Ante estas situaciones ¿Qué hace el seguro?

  • Ante una baja laboral o desempleo el seguro se hace cargo de la cuota del préstamo, mientras la persona permanezca en esa situación, hasta 6 o 12 meses consecutivos y durante 18 o 36 alternos. Lo cual proporciona una amplia cobertura para diferentes situaciones que pueden surgir en todo el período del préstamo
  • Ante un Fallecimiento o Invalidez, el seguro amortiza el préstamo, liberando del pago de todas las cuotas pendientes, se cancela totalmente la deuda
  • En la vivienda el seguro atiende los daños de pequeña cuantía, pero sobre todo se obtiene la indemnización que permite reconstruir la vivienda a su estado original. De no ser así y pagando aún la hipoteca, sin seguro, resultaría un gran problema tener que hacer frente a los daños de un incendio, inundación o explosión.

Y si finalmente nos convencemos de conseguir la mayor protección posible ¿qué hacer?


Hay dos principios fundamentales:

  1. No dar por bueno todo lo que nos presente el Banco por el simple hecho que nos conceda el préstamo. Sobre todo sin consultarlo externamente y verificar posibles alternativas y diferencias de precios.
  2. No dar por buenas las primas únicas sin verificar que se puede hacer el seguro anual renovable, y la diferencia de precio. De no hacerlo nos integrarán el seguro en el préstamo y además del coste del seguro pagaremos los intereses de aplazar el pago.

Comparar las alternativas de protección es muy sencillo, pero ante cualquier duda, consulta con los especialistas, y siendo independientes y ajenos a las entidades financieras casi sin duda, mucho mejor.

Protegerse, además de ser una necesidad, genera una gran tranquilidad, pero si además lo conseguimos ahorrando dinero: mucho mejor, pero todo depende de nosotros mismos y como estemos dispuestos a afrontarlo.